Las numerosas causas que lo originan
Por Dr. Ramiro Martínez Treviño
Oftalmólogo
El síndrome del ojo seco (deficiencia de lubricación) presenta en la actualidad numerosos retos, tanto para los pacientes por las molestias que sufren, como para los médicos oftalmólogos buscando aliviarlas lo mas adecuadamente posible para evitar un daño irreversible.
Los síntomas que se presentan pueden incluir sensaciones de cuerpo extraño o quemadura, ojos arenosos, irritación y visión borrosa. Dichos síntomas se acentúan en ambientes contaminados por humo, plvo, viento o sustancias químicas. Desempeñar actividades que requieren tener más tiempo los ojos abiertos con una disminución del parpadeo, como ver televisión, usar la computadora, conducir un auto por largos períodos o leer.
Algunos medicamentos causan resequedad en los ojos, como ciertos antihistamínicos y antidepresivos, también el uso de laser para corregir miopías, hipermetiopías y astigmatismo. Otro factor muy importante es sin duda la edad (mas de 60 años), o tener padecimientos como parálisis facial, caso en el que se presenta resequedad por falta de parpadeo. Existen también muchos otros padecimientos que provocan el síndrome del ojo seco, por mencionar algunos, lupus eritematoso, periarteritis nudosa, sarcoidosis, eritema multiforme (síndrome de Stevens Johnson), etc. Aproximadamente 15% de los pacientes con artritis reumatoide desarrollan el síndrome de resequedad ocular.
Ahora sabemos que la simple deficiencia en la cantidad de lágrimas no es el único problema, por que también la calidad de las mismas juega un papel muy importante.
La película de lágrima está formada por tres capas de afuera hacia adentro: Una primera capa de lípidos (aceites), una segunda capa acuosa, producida por las glándulas lagrimales, que además proporcionan al ojo de nutrientes y sustancias que matan microbios patógenos que provocan infecciones e impiden que sustancias tóxicas alcancen la superficie ocular; por último una tercera capa de musina (mucosidad) que también protege la córnea. Las tres capas ayudan a evitar cuatro problemas: inflamaciones, infecciones, ulceraciones e intoxicaciones.
Con esto se comprende que existen numerosos medicamentos que alivian estos problemas, los lubricantes oculares y lágrimas artificiales, existe una gran variedad de ellos y el alivio que proporcionan es por que aumentan el tiempo en que la película lagrimal permanece íntegra antes de romperse. Con frecuencia deben combinarse dependiendo del caso, además de que hay casos en que se requiere emplear antibiótivos y antinflamatorios.
Aunque existen en el mercado numerosos productos y medicamentos para remediar la resequedad ocular, en caso de molestias persistentes es importante acudir a un médico oftalmólogo, quin puede tratar este padecimiento y también diagnosticar otros factores agravantes. Automedicarse puede traer serios problemas.
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