De acuerdo con investigaciones recientes,
las primeras señales de tensión aparecen en el rostro.
De acuerdo con investigaciones recientes, las primeras señales de tensión
aparecen en el rostro. Cuando sufrimos de estrés, nuestra piel está hambrienta
de una nutrición adecuada. Es por eso que se ve opaca, grisácea, sin vida.
La piel no es la única parte del cuerpo que sufre las consecuencias de
las tensiones. Nuestro organismo manifiesta una variedad de reacciones
que oscilan desde rigidez en el cuello hasta problemas estomacales, insomnio,
depresión y muchos más.
Pero, ¿cómo escapar del estrés? La respuesta nunca es fácil. Sin embargo,
existen muchos métodos para solucionar el problema... Desde la meditación,
el ejercicio... o hasta dejarse llevar por el imperioso deseo de huir
de todo lo que te rodea y destinar cierta cantidad de tiempo sólo para
ti. Lo mejor que puedes hacer entonces es refugiarte en un salón de belleza,
spa o un gimnasio y dejarte consentir con un buen tratamiento facial.
LO QUE UN FACIAL PUEDE HACER POR TI
Te dará media hora de serenidad... Tu piel se reanimará, tus músculos
se relajarán y el peso del mundo que llevas sobre los hombros desaparecerá
como por arte de magia. Un facial puede hacer maravillas por tu cutis,
ya que trabaja sobre el proceso natural de renovación de la piel para
mantenerla saludable y resplandeciente. En los faciales, al igual que
en el ejercicio, la clave del éxito es la constancia.
LAS FASES DEL FACIAL
Un buen facial se inicia con un análisis de piel para determinar qué productos
se deben utilizar. Después se recibe un tratamiento completo y renovador
que incluye: limpieza profunda, vaporización, aromaterapia, exfoliación,
masaje,
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